Hillary Clinton llegará mañana a la capital mexicana con un plan bajo el brazo. La iniciativa de lucha contra el narcotráfico fue adelantada por la prensa de su país. Estados Unidos mandará nueva tecnología de control a la frontera.
La frontera entre México y Estados Unidos está caliente, al punto de que las armas y las drogas ocupan un lugar cada vez más importante en la agenda bilateral. A menos de veinticuatro horas de la primera visita de Hillary Clinton a este país, Washington anunció que lanzará un nuevo plan de lucha contra el narcotráfico. “El plan prevé el envío de agentes federales y nuevos equipos tecnológicos a las zonas fronterizas entre ambos países para luchar contra el tráfico de drogas y armas”, anunció Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior estadounidense, en una entrevista publicada por The Washington Post.
Según dejó trascender la funcionaria, el envío de nuevas tecnologías ocupará un lugar central entre las medidas del plan. Para detectar con más precisión las cargas ilegales en los autos, el gobierno estadounidense usará nuevas balanzas para pesar los automóviles, implementará nuevos detectores en los puertos que revisarán todos los vehículos transportados por mar desde México, instalará lectores automatizados de patentes que almacenarán la información en bases de datos y aumentará el número de cámaras de seguridad que filman los puestos fronterizos 24 horas al día los siete días de la semana.
Janet Napolitano señaló que el eje de la nueva iniciativa es la prevención. “La clave es continuar aumentando el decomiso de armas antes de que entren en nuestro país”, afirmó. Pero las medidas y los nuevos recursos que éstas implican no le aseguran a la jefa de la diplomacia estadounidense una estancia apacible en la que será la primera visita a un país de América latina desde que asumió el cargo.
Y es que en México el reclamo por una responsabilidad conjunta y permanente sobre la seguridad de la frontera es cada vez más fuerte.
El sábado de la semana pasada, en lo que muchos entendieron como un preludio de lo que será la postura del gobierno frente a la jefa del Departamento de Estado, la ministra de Relaciones Exteriores mexicana, Patricia Espinosa, expresó durante un homenaje al héroe nacional Benito Juárez cuáles deben ser las bases de la relación de su país con el exterior, pero principalmente con Estados Unidos, con el que tiene sus principales vínculos comerciales. “En el plano regional e internacional demandamos de otros lo que nosotros estamos dispuestos a hacer. Uno de los mayores retos que enfrentamos proviene de las organizaciones criminales, que en muchos casos son en realidad transnacionales”, disparó Espinosa, dando así a entender, según diversos analistas, que las bandas de narcotraficantes no sólo son mexicanas o que al menos operan desde ambos lados de la frontera. Por eso, la funcionaria remarcó que la tarea se debe compartir. “Insistimos en la corresponsabilidad para hacer frente a este enorme reto”, les lanzó a sus vecinos del Norte.
Concretamente, la canciller mexicana reclamó que Washington investigara cómo ingresa la droga en Estados Unidos y que detenga la venta de armas en su territorio a los miembros de los carteles que ya se encuentran instalados de forma permanente en ese país.
La visita de Hillary Clinton es el preludio de un desfile de funcionarios norteamericanos por México. Napolitano viajará al DF y Barack Obama dirá presente el 16 y 17 de abril próximo, reflejando la creciente preocupación por la violencia ligada al narcotráfico, que no para de agravarse a lo largo de los 3000 kilómetros de frontera común.
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